Violeta, que te quiero

¿Sabías que los colores que hay a tu alrededor pueden estar influenciando tus emociones y tu estado mental?

¿Sabias que ciertas tonalidades pueden irritarte o, por el contrario, relajarte y calmarte?

 Descubre si los colores que te rodean te hacen un efecto positivo o negativo con la Psicología del Color. Esto es especialmente importante a la hora de decorar tu hogar, dependiendo del uso que le demos a cada estancia la dotaremos de una gama cromática que fomente el estado emocional deseado. 

La psicología del color está dirigido a analizar cómo percibimos los colores y las emociones que afloran en nosotros.

Esta interpretación no es universal, así que pueden surgir variaciones fruto del significado particular que tienen las distintas culturas. Así es, los significados de los colores quedan tan interiorizados en la infancia, que en la edad adulta parecen innatos. 

¿Quieres saber más sobre el color violeta?... 


El violeta es el color de los sentimientos ambivalentes. Nunca ha gozado de preferencias especiales.

En ningún otro color se unen cualidades tan opuestas como en el violeta: es la unión del rojo y del azul, de lo masculino y de lo femenino, de la sensualidad y de la espiritualidad. La unión de los contrarios es lo que determina el simbolismo del color violeta.

El violeta tiene un pasado grandioso. En la antigüedad era el color de los que gobernaban, el color del poder. Este violeta es el color púrpura.

 

El color del poder en el Mundo Antíguo.

Ya el Antiguo Testamento menciona el púrpura como el color más preciado:

Dios indica a Moisés cuáles han de ser los colores del velo del templo y de las vestiduras sacerdotales: púrpura azul, púrpura rojo y rojo escarlata bordados en oro. 

En el mundo antiguo, el color para honrar a Dios era el mismo que el de los soberanos. La preparación de una vestidura púrpura duraba años: a través de las rutas de las caravanas se transportaba la seda de China a Damasco, en Siria, y allí la tejían los mejores tejedores de seda del mundo; y después se llevaban los tejidos a Tiro, en Fenicia, donde se teñían de púrpura. De Tiro partían luego las telas teñidas hacia Alejandría, en Egipto, donde eran bordadas en oro. 

En el imperio romano sólo el emperador, su esposa y el heredero podían llevar túnicas de color púrpura.

El púrpura siguió siendo el color del poder mientras hubo auténtico púrpura. Las telas teñidas de púrpura llegaban a occidente sólo como regalos de los emperadores bizantinos. El manto púrpura que llevó Carlomagno cuando fue coronado era un regalo de Bizancio.

Pero, desde 1453, cuando Constantinopla fue conquistada por los turcos, la púrpura desapareció. Las tintorerías imperiales fueron destruidas y los tintoreros asesinados. El ocaso del Imperio Romano de Oriente fue también el fin del teñido con púrpura de molusco. Desde entonces fue el carmesí, el tinte rojo de los quermes, el color más preciado. Y así se volvió rojo el púrpura. 

En el ámbito profesional, parece que es el color que inspira respeto e institucionalidad y por lo tanto podría ser utilizado para los estudios médicos y jurídicos.

 

El color de la teología. 

En el acorde de la devoción, el blanco es el color divino, el negro, el color político, y el violeta el color de la teología.

La única institución pública cuyos ministros visten de violeta es la Iglesia Católica. Es el color de obispos y prelados, cuyas sotanas, en los actos oficiales son de color morado. El violeta eclesiástico también tiene su origen en el púrpura. Así el color lila o violeta, es también el color de lo divino y de la fe.

 

El color de la penitencia y de la sobriedad.

Como color litúrgico, el violeta es el color de la penitencia: está presente en el momento de la confesión, en el ayuno de adviento y en el tiempo de cuaresma

En el simbolismo cristiano, el violeta es el color de la humildad. Ya en la antigüedad era la violeta la flor de la moderación. La contradicción es evidente con el simbolismo del púrpura violeta como el color del poder. La Iglesia pretendió resolverlo de esta manera: los soberanos gobiernan mediante la fuerza, mientras que los cardenales y la Iglesia los hacen mediante la humildad.

 

El color más singular y extravagante.

Muchos encuentran el violeta demasiado atrevido para ser vestido, a pesar de su frivolidad es un color intenso. Su intensidad aumenta de manera especial cuando se combina con el naranja.

El violeta es el más singular de los colores en la vestimenta común y responde a una elección consciente de un color especial que no corresponde a la humildad, la modestia ni la penitencia, si no que se percibe como un color extravagante. Quien se viste de violeta quiere llamar la atención, quiere distinguirse de la masa.

 

Neuromarketing.

El morado en el neuromarketing evoca misterio, espiritualidad, vanidad, fantasía, magia, sabiduría, moda, éxito y lujo, y por este motivo se utiliza en el sector de la cosmética, sobre todo de los perfumes y de la moda (en general femenina), en el sector lúdico, en el sector eclesiástico, en el sector de la infancia y la comunicación.


El color de la vanidad y del sexo.

El violeta es el color de la vanidad. La vanidades, según la tradición cristiana, uno de los siete pecados capitales, hoy seguramente el más inocente. Pero en el mundo medieval, la vanidad era un tema importante en los sermones: un gran pecado era el preferir agradar a los hombres antes que a Dios. A día de hoy, la vanidad es demasiado bella e inofensiva para ser pecado.  

Sólo acompañado del violeta adquiere el rojo un sentido inequívocamente sexual. Curiosamente en el violeta hay más sexo que en el rojo. Esto es lo misterioso del violeta. 

Además, parece ser ideal en los dormitorios de las parejas en crisis porque ayudaría a recobrar la serenidad y despertar el deseo.


El color de la magia y la transmigración de las almas.

El violeta es el color de la magia, combina sensualidad y espiritualidad, sentimiento y entendimiento, amor y abstinencia. En el violeta se funden los opuestos. El violeta es el color más íntimo del arco iris, pues enlaza con el invisible ultravioleta. El violeta marca el límite entre lo visible y lo invisible.

También simboliza el lado inquietante de la fantasía, el anhelo de hacer posible lo imposible.

 

El menos natural de los colores.

El violeta es el color menos habitual en la naturaleza, y el menos natural de los colores, esto es, el mas artificial. No es casualidad que el violeta fuese el primer color sintético en producirse, y se puso tan de moda en la década de 1890-1900 que recibió el nombre de la década malva. Casi todos los útiles de aquella época que vemos en los museos son de color violeta o lila.

Es aconsejable su uso para pintar las paredes de los ambientes en los que se necesita concentración y soledad porque parece que ayuda a liberarse de las angustias y a sumergirse en sí mismos por lo que es útil en las habitaciones de escritores o estudiantes. Por la misma razón, es desaconsejable en habitaciones de convivencia, como salas de estar y cocinas.

 

El color de la homosexualidad.

En el violeta se une lo masculino y lo femenino. Ningún otro color puede simbolizar mejor la homosexualidad. En el tiempo en que despreciaba y castigaba la homosexualidad, las camisas de color lila y los pañuelos de color violeta eran signos discretos de los que “entendían”.

The purple hand (una mano violeta) se convirtió en símbolo de la "Gay Liberation" estadounidense. En 1969, los homosexuales se manifestaron ante el edificio del diario "Examiner" de San Francisco, que publicaba artículos contra los homosexuales. El personal del diario arrojó a los manifestantes pintura violeta por la ventana. Los manifestantes mojaron las palmas de las manos con pintura violeta y las imprimieron sobre los muros del edificio.


Como veréis, el violeta es el color mas ambivalente

Violeta, que te quiero…gracias por darnos poder, introversión, serenidad y creatividad para afrontar el día a día...


Bibliografía: Psicologia del color - Eva Heller